Se trata de una improvisación de corte experimental en la que interactuan inauditos engranajes de batería a cargo de Al Karpenter (miembro de la agrupación de rock libre Karpenters y editor de Brutus' Zine) y el feedback, la voz y los objetos de Loty negarti, inquieto artista y agitador cultural sin descanso.

El Discurso solitario se desenvuelve en una única pista y siguiendo una senda argumental minimalista, hilada con austeridad, espontaneidad, libertad de movimiento y cohesión, elementos fundamentales que conjugan de forma decisiva con otro componente sustancial de primera magnitud, el silencio, como la pausa y el vacío que hacen crecer la reflexión y los contrastes. Si a todo ello sumamos el goce por unos sonidos de directo sin artificiosidad, frescos y casi palpables, entendemos sin más aclaraciones ni dilación el especial atractivo de la producción. Esencia, originalidad y naturalidad hasta la médula.